Calendarios espirituales y materialistas

No muchas personas creen que su calendario o cálculo del tiempo forman su imagen del mundo. Mientras que nosotros lo tomamos por hecho que la creencia en Dios da origen a una imagen del mundo y la falta de creencia en Dios a otra, no muchas personas piensan que el calendario que usan de un modo correspondiente tiene significado de cómo ven el mundo. Pero quizás sea así que nuestros calendarios caracterizan nuestra noción del mundo, tanto más porque no creemos que tengan mucha importancia. Ya que somos ciegos por su importancia quizás en realidad nos indoctrinen a ver el mundo de una manera especial que quizás no desearíamos si fuéramos concientes de la alternativa.

Hoy el calendario gregoriano predomina el mundo y entonces en particular los negocios de todo el mundo, ya que todos los convenios económicos son sincronizados con este calen-dario. El hecho de que un calendario con esta función sea acoplado al año astronómico, es decir físico o material, apenas es una ocasión ya que una filosofía y actitud de vida materia-lista es acoplada a las transacciones económicas y también al calendario astronómico. Es decir, el calendario Gregoriano está basado en un cálculo aproximado muy detallado, 365,2425 días, de la duración del año solar. Aspira entonces a que las personas sigan lo más exacto posible los ciclos de la materia y con esto son indoctrinadas a creer que la realidad material es la primera.

El pueblo clásico Maya en cambio celebraba sus cumpleaños cada 360 días o en su día tzolkin cada 260 días y su cálculo del tiempo, el Cálculo Largo, no estaba basado en el año solar físico sino en tales ciclos espirituales con un sentido totalmente diferente. Y aunque el cálculo tzolkin que se usaba en el antiguo México era único en el mundo, sabemos que todas las grandes culturas antiguas usaban un año sagrado de 360 días al lado del calendario astronómico de 365 días que usaban para seguir el año agrícola. Tener un calendario agrícola paralelo con el año sagrado de 360 días era naturalmente necesario por el mantenimiento –pero no por las profecías.

En Sumaria introdujeron 360 como una medida del círculo y tenían además un período del tiempo que llamaban un schar que duró 3600 días, es decir 10 años de 360 días. Los egiptos siguieron también un año de 360 días a lo cual añadieron 5 días “cuando los dioses nacieron”, algo que muestra claramente que estaban concientes de que el año de 360 días era un año sagrado a diferencia del año agrícola de 365 días. Probablemente se usó también en Roma antes de la introducción del calendario Juliano aproximadamente el año 40 antes de Cristo un calendario de 360 días y aquí en los países nórdicos sabemos por ejemplo de los estudios de las Piedras de Ale en Escania que se usaba un año de 360 días. En el libro del Apocalipsis se puede, con un poco de trabajo de detective, descubrir que los judíos cuando este se escribió consideraban 360 días como ”una temporada”. También en la China antigua siguieron un año religioso de 360 días que se dividía en 6 períodos de 60 días cada uno y en la antigua cultura hinduista consideraban 360 días como ”una noche de Brahma”. En el pueblo Maya llamaban tal período de 360 días un tun y era al comienzo de cada nuevo tun o katun (20 tunes) que los curas se reunían para hacer profecías ante el nuevo período del tiempo.Las épocas del pueblo Maya eran acopladas al tun.

Todas estas culturas antiguas, esparcidas por toda la tierra, tenían conocimientos astronómicos suficientemente avanzados para apreciar la longitud del año solar a aproximada-mente 365 ¼ días. A pesar de esto eligieron para fines religiosos utilizar un año de 360 días paralelamente con el año astronómico ¿Por qué? La respuesta se sugiere en el hecho de que los curas Mayas se reunían cada 360 días para hacer sus profecías porque el plan divino y el desarrollo de la conciencia humana están basados en el tun , el año de 360 días. Y si lo pensamos bien, no es quizás tan raro que el desarrollo de la conciencia no siga el año de 365 días: Si la materia – pero no la conciencia – es una ilusión ¿por qué sería entonces el desarrollo de la conciencia dependiente de los movimientos de la materia, por ejemplo el movimiento de la Tierra alrededor del sol en 365 días? Hoy a través de cesar de seguir el año de 360 días y aceptar la predominación del calendario gregoriano hemos quedado ciegos a que existe un plan divino y a que los ciclos que describen el desarrollo espiritual en la Tierra y en la galaxia no están basados en algo material, físico. En cambio, cuando empezamos a seguir un calendario basado en el año sagrado de 360 días abriremos otra vez los ojos ante la realidad espiritual y divina, mientras el calendario Gregoriano basado en el año solar atará aún más los que lo sigan con una actitud materialista de la vida.

Breve sobre los calendarios del pueblo Maya

El antiguo pueblo Maya tenía muchos calendarios diferentes y aún hoy día sus llamados calculadores de los días usan unos veinte calendarios diferentes para seguir el curso del tiempo. De muchas maneras estos calendarios reflejan que la noción del tiempo y la imagen del mundo del pueblo Maya en un punto de vista considerable era diferente comparado con las que tenemos nosotros hoy día.

Aunque el pueblo Maya tenía calendarios que se basaban en procesos astronómicos como por ejemplo el calendario haab, un calendario para el año solar de la tierra que estaba compuesto de 365 días o los calendarios de Venus y de Marte que tenían 584 respective 780 días, apenas será de tales calendarios basados en lo físico que las personas de hoy día tengan algo importante que aprender.

Los calendarios que actualmente son para nosotros los más importantes a adoptar son sobre todo los que se basaban en el llamado tun, el período de 360 días, y tzolkin, un cálculo de 260 días que el pueblo Maya usa en forma ininterrumpida desde hace 2500 años. Estos calendarios son interesantes porque no se basan en ningún ciclo del universo material. El período de 360 días se llamaba por el pueblo Maya el año profético y ha sido considerado un año sagrado por muchos otros de los pueblos antiguos. Era a principios de cada nuevo tun que los sacerdotes del pueblo Maya se reunían y hacían profecías sobre el futuro. El cálculo tzolkin de 260 días se suele llamar también el calendario sagrado y ya que es el eje alrededor de que todos los otros calendarios giran, nunca ha sido reformado ni cambiado concientemente por los calculadores de los días.

La conciencia es lo primordial en el universo y todo lo material que existe es sólo un reflejo de esto. Por eso se puede entender que por ejemplo el año solar de 365,24 días que se usa en el calendario Gregoriano de hoy o el mes de 29,53 días, que ambos reflejan ciclos en cuerpos materiales, son ciclos secundarios que no pueden usarse para entender el desarrollo de la conciencia o para presentar profecías basadas en el plan divino.

El desarrollo de la conciencia y el plan divino se describen en cambio en distintos niveles de ciclos creadores que se sirven del tun, el año de 360 días, como base. Las pirámides del pueblo Maya construidas en nueve niveles jerárquicos reflejan nueve diferentes dimensiones de la conciencia que cada una es creada por un ciclo creador especial de 13 x 20n tunes. Todos estos ciclos creadores, que consisten en siete pulsos de luz alternando con seis períodos iguales de largo de oscuridad, serán realizadas el día 28 de octubre del año 2011.

Carl Johan Calleman
cjcalleman@swipnet.se